Así estamos transformando el mundo
La PTAR, consciencia ambiental y oportunidad de aprendizaje
Sabemos que nuestra presencia en el territorio es una oportunidad de incidir positivamente en el ecosistema que compartimos con otros seres vivos y, por esto, emprendemos acciones para su preservación. Les contamos que desde hace un par de años iniciamos la renovación de nuestra Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para seguir mejorando en el tratamiento del agua y que, además de no contaminar, pudiéramos exceder positivamente los parámetros exigidos por la Ley de vertimientos. Hoy, nuestra planta opera de acuerdo a procesos y parámetros que nos permiten devolver al Teusacá un agua que además de no contaminar preserva la vida de los seres vivos de la cuenca.
El gran cambio de nuestra planta consistió en añadir al control biológico un control físico-químico que permite una mejor sedimentación y control de las partículas. Con este cambio se implementó un laboratorio de pruebas internas. Entonces, además de cumplir con las pruebas exigidas por la ley, hechas por un laboratorio externo cada 6 meses, ahora, podemos hacer nuestras propias pruebas mensualmente para entender si los procesos de la planta están estables, se pueden seguir optimizando o necesitan algún cambio adicional.
Nuestra planta, además de ser el producto de la consciencia ambiental es una oportunidad de aprendizaje para construir esa consciencia, pues como usuarios de los servicios de la cocina y de los sanitarios nuestra disposición de residuos sólidos incide en el buen funcionamiento de la planta y conocer el proceso de tratamiento de las aguas posibilita nuestra comprensión de procesos físicos, químicos y biológicos en el ecosistema que cohabitamos y cuidamos desde hace 31 años.
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