ASÍ ESTAMOS TRANSFORMANDO EL MUNDO
Entre saber leer y querer leer hay mucho trecho
Y en ese trecho se avanza de una perspectiva de vida funcional a una inspiracional con un gran potencial transformador. Aprendemos a leer porque es útil en el día a día; sin embargo, si además de la utilidad desarrollamos el gusto por la lectura, seremos independientes para hacer preguntas y aprender sobre todo aquello que nos despierte curiosidad o nos interese. En la medida en que nos interesamos en leer una diversidad de textos, esa utilidad primigenia de la alfabetización se convierte en una utilidad reflexiva y descifrante; al escuchar las voces de los autores, comparar y contrastar perspectivas, entender que las vivencias humanas son generalizables, sacamos nuestras propias conclusiones y, cuando menos lo pensamos, estamos aplicando esa reflexiones, acciones y soluciones en nuestras vidas; descubrimos también esa dimensión estética que trasciende el pragmatismo y que nos reconcilia con la humanidad. El gusto por la lectura también nos reta y nos vuelve más exigentes: nos empiezan a aburrir los lugares comunes, encontramos en los desafíos intelectuales una forma de entretención genuina y reconocemos el valor de las tecnologías del lenguaje para embellecer el mundo y persuadir a otros.
Ya quisiéramos que todos los gustos nos llevarán a construir la mejor versión de nosotros. Como en este gusto tenemos la posibilidad de transformar la educación y el mundo, invitamos a Miguel Mendoza, el autor de “Abraza tu miedo”, para que conversara con sus lectores, nuestros estudiantes de primero y segundo de primaria. Fue una conversación muy provechosa: estudiantes y autor concluyeron que los miedos son necesarios, útiles y, a veces, nuestros aliados. Así como el autor propuso abrazarlos, un estudiante propuso conversar con ellos. El público, nuestros estudiantes, valoraron sobremanera la originalidad de los personajes, las ilustraciones y la motivación del autor para abordar este tema. Al final, Miguel firmó sus libros y posó con ellos para inmortalizar la conversación.