Queridas familias, 

Les escribo desde Toronto para contarles que ya llegamos a la residencia de la Universidad la cual será nuestro hogar durante los próximos días. Como se imaginarán, estamos cansados pues ha sido un día largo e intenso. Entre muchas otras emociones, asamos por la tristeza de despedirnos de ustedes y de tener que dejarlos atrás, por los nervios de enfrentarnos a migración, y por la felicidad de llegar a Canadá y saber que ya comenzamos esta aventura con la que hemos soñado durante tanto tiempo.   

A pesar de no tener pantallas en el avión, sus hijos encontraron la manera de entretenerse para pasar el tiempo. De cierta forma me alegra que no tuvieran la posibilidad de distraerse con películas y videos, porque eso los motivó a jugar cartas, a conversar y a disfrutar de la compañía de sus compañeros. Aunque sé que algunos pasajeros estarían en desacuerdo conmigo, para mí las risas y los ocasionales gritos de emoción me llenan el corazón de alegría y de gratitud. Como les dije en el aeropuerto, me siento muy honrada de poder viajar con cada uno de sus hijos, de poder conocerlos mejor, y aprender de cada uno de ellos y la manera única en la que habitan este mundo.

Mañana nos espera otro gran día. Estaremos desayunando a las 7:30am para después irnos en el bus hasta Niagara Falls y dejarnos empapar de una de las caídas de agua más grandes del mundo. 

Les mandamos un abrazo grande y esperamos que todos puedan descansar sabiendo que aquí estamos muy bien. 

Con cariño, 

Juliana