Queridos papás,

Les escribo nuevamente desde la universidad de Toronto con los pies adoloridos de tanto caminar por la ciudad, y con el cuerpo cansado después de 18 días intensos de actividades, de cuidar a sus hijos y de acompañarlos en su proceso de crecimiento. Estoy físicamente agotada, pero tengo el alma y el corazón llenos de gratitud por haber tenido la oportunidad de vivir esta experiencia con ellos, de haber compartido momentos de risas y de llanto, y también momentos retadores y difíciles. Me siento honrada de haberlos tenido junto a mí durante este tiempo, de haber crecido junto a ellos, y de ser testigo de las personas tan increíbles que son. Me recargo de energía cada vez que ellos mismos se dan cuenta de lo que han aprendido, de la confianza que han ganado en sí mismos, y de verlos caminar con mayor seguridad hacia los seres independientes y capaces que son.

Estoy segura de que como a mí, a sus hijos les tomará varios días, semanas y meses después de nuestro regreso para procesar y terminar de entender todo lo que hemos vivido aquí. Cuando uno vive una experiencia tan intensa e impactante como esta, a veces es difícil encontrar la manera de comunicar todo lo vivido con aquellos que no estuvieron presentes. Sin embargo, tengo la certeza y la esperanza, de que ese proceso se de en familia, y que ustedes puedan ser también testigos de esto que les estoy contando. Espero que puedan sentarse a ver las fotos juntos y que a través de las imágenes puedan revivir con sus hijos gran parte de lo que fue este viaje para ellos.
Ya mañana emprendemos nuestro regreso a Bogotá, y sé que muchos de sus hijos han estado esperando ese momento con ilusión. Para mí es siempre un día de emociones encontradas, pues aunque quiero llegar a mi casa y no hacerme cargo de nadie más que de mí misma, sé que me voy a despertar a la mañana siguiente extrañándolos y queriendo saber de ellos. Les quiero dar las gracias a todos por la confianza que han tenido en mí para guiar a sus hijos en esta aventura. Sé el esfuerzo tan gigante que todos hicieron para hacer este viaje realidad, y el reto que representó tener a sus tesoros lejos durante tanto tiempo. No se alcanzan a imaginar lo honrada y agradecida que me siento.

Los dejo con un resumen de lo que hemos hecho en los dos últimos días, y de lo que tenemos planeado para mañana:
Ayer estuvimos en el Royal Ontario Museum, en Chinatown y Kensington Market, aprendiendo sobre las distintas culturas que convergen en esta ciudad tan fascinante, y en cómo hay una multiplicidad de perspectivas y formas de ver y habitar el mundo que compartimos. Estuvimos haciendo un scavenger hunt por la ciudad en la que los dos equipos tenían que tomar fotos y videos de distintas evidencias por varios lugares de la ciudad.

Hoy finalmente hicimos un tour privado por el SKYDOME que es la casa de los Blue Jays (el equipo de béisbol de Toronto), fuimos a St Lawrence Market y a un jardín botánico que hay en un invernadero muy lindo. Ya se nota el cansancio de muchos, así que decidimos volver pronto a la universidad para poder ver una película y acostarnos a dormir temprano.

Mañana será un día de empacar, hacer las últimas compras, y hacer el cierre del programa en la casa de Jal (la dueña y directora de ALIVE) que muy generosamente nos ha invitado a un asado en su casa para compartir este último rato con ellos.

Les mando un abrazo grande, y mañana los mantendré informados sobre nuestro regreso una vez estemos en el aeropuerto.
Con cariño,

Juliana