El legado de nuestra segunda promoción, hace 16 años, fue el de la fraternidad y sororidad. Niños, niñas y adolescentes se reúnen bajo los símbolos de su casa para disfrutar de toda una jornada de actividades en comunidad. Cada estudiante asume un rol que contribuye a tejer los lazos intergeneracionales y con la batuta de los hermanos mayores, se acompasan para trabajar en equipo, resolver problemas, ser recursivos, temerarios y divertirse hasta el cansancio.
Con todos los desafíos que conlleva, la educación tiene que poder disfrutarse y debe cumplir su promesa de un desarrollo humano con equilibrio. Cuando jugamos, enseñamos y aprendemos. Este año, nuestra promoción 2023 organizó y dirigió un concurso de baile, otro de preguntas de “cultura general”, pruebas de equilibrio, puntería y destreza. Aramis, Athos y Porthos se esforzaron por sumar puntos a sus casas. Al final de la jornada, le cantamos el cumpleaños #30 a Tilatá y celebramos tanto el triunfo de Athos como la continuidad en nuestro empeño por formar una comunidad educativa de hermanas y hermanos que, sin importar la edad, entiendan la importancia de ser uno para todos y todos para uno.